Novedades

Escuelita Puerto Argentino: 33 años de solidaridad

Como ocurre desde hace varias décadas, la Escuelita Puerto Argentino, ubicada en el paraje La Esperanza, Rivadavia Banda Sur, volvió a ser el punto de encuentro entre necesidades urgentes y corazones solidarios. El Círculo Médico de Salta (CMS), junto con muchos otros padrinos y colaboradores, renovó su compromiso con esta comunidad wichí a través de una nueva entrega de donaciones.

En representación del CMS, participaron de la visita la Dra. Fernanda Siuffi y el Dr. Marcelo Biagini, quienes compartieron jornadas de asistencia médica, entrega de materiales y momentos de encuentro con los niños y docentes de la escuela.

La historia de este lazo solidario comenzó hace más de 50 años, cuando el Dr. José Luis Guzmán visitaba la zona junto a su padre como aficionado a la pesca. Años después, en uno de esos viajes, le pidieron atención médica para una paciente, y ese simple gesto marcó el inicio de una relación que se mantendría en el tiempo. Desde entonces, y ya formalizado el padrinazgo hace 33 años, el CMS no dejó de acompañar a la escuela, incluso durante la pandemia, cuando —aunque no fue posible viajar— las donaciones igualmente llegaron.

Hoy, tres generaciones de padrinos trabajan durante todo el año para hacer posible al menos cuatro días de alegría, entrega y contención en cada visita. El CMS se encarga especialmente de proveer calzado y ropa escolar para cada niño, además de coordinar las donaciones que acercan los socios, las cuales se duplican año a año.

Desde 2019, tras una crecida del río Bermejo que destruyó la escuela original, la comunidad educativa continúa sus clases en una escuela rancho dentro de la misión La Esperanza, donde asisten más de 100 niños, en su mayoría de la etnia wichí. A pesar de las difíciles condiciones, los docentes mantienen su labor con enorme vocación.

Este año, además de las donaciones habituales, se entregó un kit completo de paneles solares gestionados por el Dr Guzmán,  lo que representa un gran avance para la escuela.

“Hace dos años que tengo el privilegio de vivir esta experiencia, y la emoción se siente desde que comenzamos el viaje, durante cada uno de los 450 kilómetros que nos acercan a la escuela”, explicó la Dra Siuffi en su relato de lo vivido.
“ Es una lección que conmueve: ellos nos enseñan que abandonar a un niño es abandonar un futuro, abandonar oportunidades. El destino —sabio o caprichoso— quiso que este paraje se llame La Esperanza. Y justamente eso es lo que no podemos, ni debemos, perder”, concluyó.